26/11/09

Cavilaciones del Halcón (primera parte)

Historia de un condenado:

Erase una vez un dios, un dios extinto y solitario. Decadente.
Este dios tenia por nombre Íleba.
Antaño Íleba habia sido adorado por culturas milenarias de las cuales, ahora, no queda mas que una idea vaga e imprecisa.
Arrastrando sus desgastados ropajes, Íleba erraba por el mundo, su mirada al frente sin mirar nada fijamente, solo en su mente pesaba su historia, desgastada como su alma...
Ahora te contaré la historia de como el brillante y cegador Íleba se convirtió en la sombra que vagaba por el mundo intenta alcanzar lo que parecia inalcanzable:
Hace miles de años atras cuando el hombre vivía sumido en la oscuridad de su pensamiento nació un hombre llamado Corfelas. Corfelas creció rodeado de virtudes pues era hijo de una ninfa del mar... de ella y un marinero que tenia el don de hablar en el lenguaje del universo. Nia... se enamoró perdidamente de este hombre excepcional y el padre de Nia al ver los favores de los que estaba colmado el joven y sagaz humano le concedio la vida eterna para que así acompañase a su hija durante la eternidad... Nia y Lein se retiraron a los Bosques de los riachuelos a vivir su nueva vida, él, enamorado de su esposa la colmaba de obsequios cada vez que salia a la mar, bajo la bendicion de uno de los soberanos de las aguas Lein no conocia el temor, llegó el día en que Nia dió a luz a Corfelas, era un niño sano y fuerte que llenó de orgullo a su padre, los años pasaron y Corfelas se convirtió en un heroe cotizado dentro del mundo espiritual, sagaz como su padre tenia el don de hacer bailar las aguas y doblegarlas a su voluntad, asi impresionaba a las otras ninfas y driadas que vivian en el Bosque de los Riachuelos... Sin embargo ninguna era de su interes, puesto que el era un joven reservado y de ideas propias y brillantes. Un dia mientras Corfelas jugueteaba con las aguas de la orilla del Rio Taub vio en el reflejo del agua una luminosidad esplendida que casi lo cegó... levantó los ojos para encontrarse con los mas bellos ojos negros y diafanos que hubiera visto jamás, la aparición sonrió exquisitamente ante la perplejidad del joven.
- Saludos, soy Cali- dijo con una voz extremadamente tranquilizadora que sacó de su estupor a Corfelas.
-Ho.. hola- Balbuceó Corfelas - yo.. yo soy Corfelas
-Lo se - sonrió Cali - te he visto jugar con las ninfas desde el hogar de mi madre-
Corfelas le preguntó de donde era y a que se refería con "verlo" desde el hogar de su madre y Cali le explico que ella era hija de 2 dioses Calimide y Nareo dioses de la pureza y del destierro y que ella podia ver lo que pasaba en la tierra gracias al Gran espejo del Destino que poseia su madre, puesto que Calimide entregaba dones a los puros de corazon y Cali conocía a Corfelas porque su madre habia observado su puro corazon y queria entregarle un don ahi fue donde Cali le dijo -yo bajé a entregartelo- le tendió una cajita de madera, pequeña- es el don de entender los designios de las estrellas-
-pero yo y tengo un don...- se extrañó Corfelas. Cali sonrió
-el que puedas controlar el agua es una habilidad de familia- le dijo -como yo puedo crear flores- Cali agitó uno de sus brazos y apareció un hermoso rosal a la orilla del rio.
Corfelas estaba maravillado y asi pasó el tiempo Cali bajaba a verlo casi todos los dias, luego a Corfelas le fue permitido visitarla en su hogar, allí conoció a los dioses y estos le explicaron que su raza no estaba tan alejada de ellos, y asi pasaron los años y Cali y Corfelas se enamoraron profundamente y Calimide los unió en matrimonio, Nareo les dio la bendicion del fuego, bendicion que los protegeria de cualquier posible daño y Nia y Lein les regalaron el corazon del oceano, que era una sustancia parecida a un rayo de luz que otorgaba paz y quietud al lugar donde habitara.
Cali al poco tiempo dió a luz a un varon al que llamaron Íleba, Íleba era un dios, su don estaba atado al cielo, era dios de la luz y de la oscuridad. La historia de Íleba no termina aquí empieza cuando el cumple 17 años y conoce a la bella y pacifica Gaia la diosa eterna de la vida, el alma del mundo y se enamora de ella. Te contaré luego que pasó con Íleba y Gaia..

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